Seguramente estarás pensando que esta mujer es de la iglesia, una obrera, o una esposa de pastor, o si no es así, seria mi madre, pero la verdad es que ninguna de las mencionadas antes es de quien voy a hablar hoy.
Ella, es sin duda una gran mujer, ella supo marcar mi vida, porque yo siempre recibí de ella mas de lo que yo esperaba. Ella fu como mi segunda mamá, pues cuando mis papas no me podían dar su atención por causa del trabajo, ella siempre es tubo dispuesta a dármelo.
Con ella viví tantas cosas, buenas y malas, felices y tristes, pero siempre las vivimos juntas, cuando yo no tenia el apoyo de nadie, ella siempre estaba hay.
Ella trabajaba con mis papas, y aunque yo tenia el poder de mandar sobre ella, yo nunca la vi como una empleada o algo así, ella siempre fue para mi una amiga.
No siempre fueron las cosas color de rosa, entre nosotras hubo malentendidos, hubo decepciones, tristezas, pero siempre podíamos confiar la una en la otra, ella no conocía de Dios, y yo en esos momentos tampoco, por eso es que la quiero tanto y estimo porque aun sin conocer a Dios, ella supo marcar mi vida, de tal modo que yo en vez de hablar aquí de mi mamá estoy hablando de ella.
No digo que mi mamá no lo merezca, pues esta amarrado, y si hablare de ella en otro momento pero ahora no.
Bertita, muchas gracias por todo lo que me diste, por tu cariño por tu paciencia, por tu amistad, nunca olvides que te quiero mucho, y que cuentas con migo.
