miércoles, 7 de julio de 2010

Sube y baja


La razón muchas veces de la debilidad es que casi siempre nosotras alimentamos mas el alma que el espíritu, vamos a entender mejor esto:


Nosotras estamos formadas por cuerpo, alma & espíritu


Cuerpo = a nuestro cuerpo

Alma = carne

Espíritu = razón


Cuando alimentamos el alma (carne, pasiones, sentimientos, emociones, etc.) siempre vamos a estar en una tremenda debilidad, pero cuando alimentamos el espíritu ( razón, entendimiento, fe, etc.) siempre vamos a estar en una tremenda fortaleza. Totalmente lo opuesto o no.


A la mejor tu me diga, bueno yo no peco, pero aun así me siento débil, bien no tienes que pecar para alimentar el alma, ver television no es pecado, pero cuando nos pasamos todo el día viéndola, viendo cosas obscena, cosas erradas, estamos alimentando el alma, cuando oímos música, no estamos pecando, pero si nada mas oímos música del mundo, estamos alimentando el alma, a lo mejor digas hay eso son cosas absurdas, pero te voy a decir algo el que paresca absurdo no significa que no sea verdad.


Estos son pequeños detalles, pero por eso no menos importantes, de echo son los clásicos pequeños grandes detalles, estos tienen una gran importancia y mucho mas en cuestión a nuestra relación con Dios; Si nosotros no sabemos cuidar de cosas pequeñas como estas ¿acaso podremos cuidar de cosas mas grandes? NO


Nosotros debemos siempre pensar en nuestro espíritu, claro somos humanos y siempre va a ver ocasiones en que vamos a caer, que vamos a dejarnos llevar por las emociones o sentimientos, o alguna otra cosa similar, pero lo importante es que eso no sea siempre, alimenta tu espíritu, no es difícil, puede llegar a costarte trabajo a un principio pero después....


Como se alimenta el espíritu, haciendo totalmente lo contrario de lo que haría el alma, pasa tiempo con personas que estén en tu misma fe, ten una comunión con Dios, busca su presencia, no llegues a los extremos y en especial en lo que sabes que no es pecado, porque solo te engañas tu misma.


Ten en cuenta que cuando tu alimentas el espíritu, estas fuerte, feliz, con animo, en la fe, y vas siempre creciendo, vas siempre para arriba; Pero cuando alimentas el alma, estas débil sin ánimos, sin fe, y vas siempre para abajo. Nunca quedaras quieta, siempre o subes o bajas.


De a quién alimetes es que dependerá, si subes o si bajas.