No fue fácil, lo reconozco. Creo que fue lo más difícil que he
enfrentado. Yo le echaba la culpa en
Dios… “Dios no me ayuda”, “Dios no me da fuerzas”, “Dios se olvido de mi”, “Dios
esto y Dios aquello”.
Yo en cierto modo “quería”, pero no lo suficiente como para
hacer responsable de lo que pasaba, enfrentarme a mi misma y hacer lo que tenía
que hacer.
Empecé a escuchar y leer cosas, que me “ayudaban” a despertar, pero lo cierto es que ni era
suficiente, pues al salir de la iglesia todas esas palabras y enseñanzas se
olvidaban (supongo que no soy ni fui la única).
Me propuse a pedir a Dios todos los días ¿Qué tengo que hacer?
Yo pensaba para mi “No sé qué hacer”. Y como Dios si responde, Él me mostro
(aun que ni como yo quería).
Hable con un GRAN HOMBRE DE DIOS, y me dijo tal y como son las
cosas. “Usted sabe que es lo que tiene que hacer. No espere a que Dios haga
todo, pues nada va a acontecer. Si usted va, Dios va con usted; Si usted se queda,
el diablo se queda con usted. ¿Qué prefiere?”
Esas palabras, lo reconozco abrieron mis ojos totalmente.
Claro en ese momento yo hable con el pastor y de le dije lo
que me acontecía antes. Le dije: “muchas cosas las sé, pero saliendo de aquí,
todo se olvida”. El me dijo algo que termino de abrirme los ojos. “Si usted ya sabe lo que va a pasar saliendo de aquí…. Tome sus
precauciones”.
Estas palabras, fueron capaces de abrir mis ojos para empezar
a despertar.
Continuara…