miércoles, 6 de octubre de 2010

Como la mantequilla


Muchas son las veces que recibimos palabras de desanimo, palabras necias, palabras que hasta te hacen enojar, ¿cuantas son las veces que nos pasa eso?

He atendido a muchas muchachas que siempre por una palabra desaniman, que por una palabra, se decaen, no es necesaria una frase, tan solo una palabra, te das cuenta como las palabras o dan vida o dan la muerte.

Lo que yo suelo hacer (y digo suelo, porque abecés es inevitable sentirse mal ante una palabra) es hacerme como la mantequilla espiritualmente claro, para que todo lo que digan se me resbale, es tan fácil como parece, no le des mucha importancia a las palabras, tomalas de quien venga.

Es fácil, solo se como la mantequilla , y no des oídos o las palabras del diablo.